Más de 6.830 millones de habitantes, ¿son demasiados?
Diversos analistas creen que el planeta no puede albergar a tanta gente, mientras otros centran el debate en el acceso a los recursos
Unos 6.830 millones de personas en la actualidad, 7.000 millones dentro de dos años, 9.000 millones en 2050. ¿Puede acoger el planeta a toda esta población? Un grupo de influyentes expertos ha manifestado en fechas recientes que no y, por ello, defienden el control de la natalidad. Otros expertos creen que el problema no es la cantidad total de personas o el número de descendientes, sino cómo se consumen y reparten los recursos naturales.
El ritmo de crecimiento poblacional de las últimas décadas es el más alto de la historia. Si en 1999 la ONU cifraba la población mundial en 6.000 millones de personas, en la actualidad se mueve ya por los 6.830 millones, según la organización Optimum Population Trust (OPT). Para 2011, se podrían alcanzar los 7.000 millones, según el Population Reference Bureau, un organismo especializado en proyecciones demográficas. De seguir esta tendencia, a mitad de siglo se llegaría a los 9.000 millones.
Estas cifras son concluyentes: la humanidad supera los límites del planeta. Esta es la opinión, dada a conocer hace poco, de varios renombrados expertos, como el naturalista y último Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, David Attenborough; la asesora científica del Gobierno de EE.UU. Nina Fedoroff; o el asesor para temas medioambientales del Gobierno británico Jonathon Porritt.
Cada niño en EE.UU. emite 5,7 veces más CO2 de promedio que sus padres
Una medida básica para contrarrestar esta situación sería, según estos expertos, el control poblacional. Attenborough, que forma parte de la organización OPT, y Porritt, reivindican que las parejas de Reino Unido no tengan más de dos hijos para evitar la destrucción del medio ambiente. En Francia, Corinne Maier, autora del libro "Basta de niños: 40 razones para no tenerlos", ha generado polémica al señalar el elevado impacto ambiental de los pequeños.
Paul A. Murtaugh y Michael G. Schlax, del departamento de Estadística de la Universidad del Estado de Oregón, ofrecen datos que avalan esta afirmación. Los dos investigadores publicaban el año pasado un artículo sobre el efecto de la reproducción humana en la huella de carbono: cada niño en EE.UU. emite 5,7 veces más dióxido de carbono (CO2) de promedio que sus padres.
En España, el paleontólogo y codirector de las excavaciones de Atapuerca, Eudald Carbonell, ha asegurado que, desde el punto de vista evolutivo, la especie humana se dirige a un "colapso irremediable". Carbonell matiza que la humanidad no se extinguirá, sino que perderá un 15% de sus componentes, ya que no hay conciencia de especie.
El autor de la teoría Gaia, James Lovelock, es más drástico que Carbonell. Afirma que si el cambio climático logra subir cuatro grados la temperatura mundial, la falta de alimentos provocará la muerte al 90% de la humanidad.
Un problema de desequilibrios
El debate no es nuevo. En el siglo XVIII, el economista Thomas Malthus vaticinó el agotamiento de los recursos naturales por el aumento de la población europea. En 1891, el geógrafo alemán Ernst Georg Ravenstein indicaba los 6.000 millones de personas como el límite que la Tierra podría soportar. En 1968, Paul Ehrlich, autor del libro "La bomba de población", reducía esta cifra hasta los 3.700 millones. Ehrlich predecía para las décadas posteriores la muerte de cientos de millones de personas.
Pero la población ha crecido a pesar de estos vaticinios. Un grupo de expertos sostiene que el problema no es éste, sino la forma de gestionar y repartir los recursos naturales. Los estudios de huella ecológica reflejan un gran desequilibrio mundial: el 20% de la población consume el 80% de los recursos del planeta. EE.UU. es el mayor importador y consumidor de energía y materias primas del mundo: un estadounidense medio consume 32 veces más energía y materias primas que un ciudadano de Liberia. El estudio de Murtaugh y Schlax también señala estas diferencias en el caso de los niños: un bebé nacido en China tiene un impacto ambiental cinco veces menor que un bebé nacido en EE.UU.
Algunos investigadores recuerdan que la explosión de la natalidad se produce en los países en desarrollo. Y viceversa: los países más avanzados tienden a tener menos hijos. Por ello, razonan, las políticas de desarrollo económico, y no las de control de la población, serían la clave. Otros destacan que la crisis económica actual desanima a la población a tener hijos. El Instituto Cornell de Medicina Reproductiva en Nueva York afirma haber incrementado en un 48% las consultas de vasectomías durante el pasado año.
El 20% de la población consume el 80% de los recursos del planeta
El objetivo que aúna a todos estos especialistas para garantizar el futuro de la humanidad y del resto de seres vivos es la sostenibilidad. En 2007, un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), "Geo-4", afirmaba que si no se asume un verdadero desarrollo sostenible, la sexta extinción masiva de especies se producirá de manera progresiva hasta 2050.
Pero ni siquiera en este asunto hay unanimidad. El decrecimiento, una corriente de pensamiento nacida en los años 70 del siglo pasado, cree que el desarrollo sostenible no es posible. Sus defensores abogan por una disminución regular de la producción económica hasta lograr el equilibrio con la naturaleza. La huella ecológica de la humanidad, sostienen, no puede ser nunca superior a la superficie útil del planeta.
Población humana, principales datos y tendencias
Los países más poblados del mundo son, en este orden: China (1.300 millones de habitantes), India (1.160 millones), EE.UU. (306 millones), Indonesia (230 millones) y Brasil (191 millones). La población española llegó en 2008 a los 45,8 millones, según Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea (UE).
En 2050, el Population Reference Bureau estima que India alcanzará los 1.700 millones y superará a China, con 1.400 millones. EE.UU se mantendrá en el tercer puesto (439 millones).